lunes, 14 de diciembre de 2009

Domingo de Copenague a Malmo:

Estoy sentado en el tren a Copenague, desde Malmo. Llegué ayer por la noche a la ciudad sueca. El tren nos dejó en la estación sur, una vez en la vida cierran la estación central por obras. Desde allí un autobús nos llevó al centro de la ciudad. Siempre hay algo que se me olvida hacer, o comprobar. Ayer fue la ruta del autobús 5. Miré la del 35, pero éste no circula después de ciertas horas, algo que obviamente no se me ocurrió pensar. Así que tuve que andar hasta la casa de mi anfitriona.

El tren acaba de arrancar. Como era de noche, ayer no pude ver el mar que separa Dinamarca de Suecia. Estaba agotado, y llegaba tres horas tarde. Ayer fue la manifestación por la justicia climática. Ahora lo sé. Ahora estoy convencido de muchas cosas, y esto hay que hablarlo con todo el mundo. Hay que hacer cosas desde ya. Por fin vi a Vandana Shiva, al coordinador general de Greenpeace, a una modelo danesa embajadora de Oxfam, a gente que está sufriendo las consecuencias del cambio climático. This is so much about people. Y esto creo que lo puede entender todo esto.

Acaban de anunciar por megafonía que quedan sitios en la parte delante del tren, y que la gente que está parada en los pasillos debería sentarse ahí puesto que se va a subir más gente en la próxima parada, Malmo Sud. Qué organizados son los suecos. Lo primero que vi nada más bajarme del tren anoche fue una tienda de IKEA. Es mi primera vez en Suecia, un país que he admirado durante tanto tiempo. Ayer la calle estaba llena de gente, en los bares, gente escandalosa. Copenague me ha parecido un sitio mucho más tranquilo.

Mi anfitriona es genial. Ayer tenía a otras dos personas alojadas en su casa, una chica de San Francisco que está estudiando en Budapest. Un máster al que también le he quiñado el ojo alguna vez. Todo son conexiones estos días. El otro chico era un parisino que se he metido 20 horas de autobús en el cuerpo para estar un día en Copenague, para una charla sobre el Tíbet y el deshielo en el Himalaya. Y ya se ha marchado esta mañana. Cuando yo llegué estuvimos de charla 3 horas. Es geneial conocer a tanta gente en este ambiente, todo el mundo tiene algo que decir sobre el medio ambiente, y se aprende mucho. Y me encanta pensar que gente con vidas tan diversas hace algo por mejorar el mundo, aunque tengan muchas contradiciones, aunque haya muchas cosas que no hacen, hay otras muchas que sí que hacen. Yo también. Así es. Así somos todos, y es fantástico. Sólo hay espacio para la esperanza.

Ahora estamos cruzando el puente que une Dinamarca y Suecia. Es una distancia muy corta, pero es un puente que une dos países, dos naciones, dos culturas. Es grande, sin barreras, sin fronteras. A la deracha hay un parque de turbinas de viento, tan danés... Y el sol que tímidamente asoma en el horizonte...

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