lunes, 14 de diciembre de 2009

Tarde en el Klimaforum

Estoy sentado en la mesa de ordenadores del Klimaforum. A veces olvido lo que se aprende simplemente hablando con la gente. Acabo de reencontrarme con Ulrik después de más de seis años , y ha sido genial. Nunca había tenido esta conexión con él. La conversación es bastante directa, nada más encontrarnos hemos empezado a hablar sobre cómo reducir nuestra huella del carbono, sobre la filosofía que hay detrás del moviemiento medio ambiental, donde están los problemas, y las posibles soluciones.

Hay algo muy importante que he aprendido en una de las charlas. En un mundo cambiante, no saber lo que cada país tiene y lo que consume no tiene sentido, porque es más difícil organizarse para los posibles riesgos. Creo que si había algo para lo que vine a Copenague es para saber eso. Porque a veces con tantas prediciones apocalíticas te dan ganas de olvidarte de todo y mirar para otro lado, tener una vida mejor sin el conocimiento, que tanto daño nos hace. Pero es precisamente el conocimiento para prevenir lo que vamos a necesitar tanto en las próximas décadas. Recuerdo el representante de Suiza comentar cómo en Zúrich han elegido por voto popular que para cierto año (dentro de 20 ó 30 años), los habitantes de Zúrich utilizarán 2.000 Watios de energía en lugar de los 10.000 que usan ahora. Parece que después de esta decisión ha hecho que algunas compañías se establezcan en la ciudad (tal vez hay otras razones detrás), puesto que representa un modelo de negocios más sostenible, más viable a largo plazo. No tiene sentido tener una compañía durante dos años. Si la comunidad, la ciudad, el país, no se adaptan a las condiciones del futuro, se hundirán. Hay que ser inteligente en este viaje, saber entender, calcular y prevenir. Ahorrar energía y recursos tiene sentido desde el punto de vista económico, y desarrollar empresas que necesiten muy pocos recursos y energía tendrán ventaja. Por supuesto estas empresas también tendrán que tener proveedores que desarrollen un modelo similar, puesto que de otra forma se verán negativamente afectadas. Los precios del petróleo y las energías no renovables vas a crecer muy rápidamente. Tal vez no dentro de mucho llegue el día en el que simplemente no podamos pagar el autobús para ir a trabajar... Y seguro que habrá conflicto. Se necesitarán personas que sepan lidiar con estas situaciones, para poder crear condiciones distintas que se adapten a las nuevas situaciones.

Todo lo que hemos construido durante más de medio siglo, y seguramente durante los últimos 200 años flota sobre el petróleo. La democracia flota sobre el petróleo, y si éste se acaba, simplemente nos quedaremos varados en medio de una cuenca seca, sin saber a dónde ir.

Una de mis grandes deudas con el movimiento medio ambiental es no dejar de volar. Este año lo he hecho, pero para el año que viene tengo preparado por lo menos un viaje de larga distancia. Creo que no es suficiente, que para reducir nuestra huella del carbono a dos toneladas, que es lo que se estima que cada persona puede usar para limitar el calentamiento global a menos de 2ªC, no nos podemos permitir tal lujo. Eso significa que tal vez sólo puedo hacer un viaje de ida a algún sitio. Es algo que me lleva preocupando mucho tiempo porque sé que es lo más difícil para mí. Puedo comer ecológico, comida producida localmente, comida que use menos materiales en el envasado, comer menos carne y menos pruductos lácteos, reciclar todo, comprar poca ropa, no tener televisión, ni utilizar muchos aparatos eléctricos, comprar cosas de segunda mano, usar bombillas y aparatos de energía eficiente, no tener un coche... Pero lo de volar me va a costar mucho más, y volar es lo que produce más emisiones por persona en este momento. Estoy conectado a los vuelos de una forma especial. Un avión me llevó a África por primera vez y para poder volver necesito volar. En avión fui a Oslo, donde decidí lo que quería estudiar, a Inglaterra, donde estudié, a Ciudad del Cabo, que tantas alegrías me trajo, y a tantos otros sitios. Según Ulrik lo que se puede hacer es volar a un lugar para quedarte un tiempo, aprender del lugar, dejar que te cambie. Volar una vez cada tres años. Sería suficiente ver a la familia cada tres años, y comunicarte por Skype el resto del tiempo. Pero yo creo que esto en la parte más difícil, no ver a la familia y los amigos cada tanto tiempo. Hasta ahora lo único que me satisface cuando me planteo volar es utilizar un vuelo para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en el lugar donde voy. Por ejemplo, modificar la utilización de la energía del lugar a donde voy. Educar a la comunidad, a un ayuntamiento, el vecindario para que reduzcan su consumo. Entonces mi viaje estaría justificado, porque mi trabajo ha reducido más consumo del que yo he producido con mi vuelo. Creo que tiene sentido. Eso excluye por supuesto los vuelos de fin de semana, y seguramente los vuelos para vacaciones, aunque todo depende. En un mes podría dar tiempo ha hacer algún trabajo que la gente no haría de otra forma, como plantar árboles. Una semana de trabajo manual, que también es muy bueno para la mente, y tres semanas de viaje. Todo gira en torno a cambiar las actitdes, ver la vida de una forma más lenta, más tranquila, en lugar de tenerlo todo aquí y ahora, y más, y cosas nuevas media hora más tarde... Una vida que utilice pocos recursos. El verano pasado conocí a un chico checo, Jirka, que cada fin de semana que podía y cada vacaciones se las pasaba trabajando en granjas ecológicas. Es donde coincidimos. Yo lo hice también en mi tiempo libre, pero la diferencia es que yo no tenía un trabajo a jornada completa y tenía más tiempo para relajarme después del campo de trabajo. Pero fue diferente. Trabajar con las manos no es tan malo como parece, sino que realmente relaja, es bueno para pensar, para entender las cosas con más calma. Creo que hacerlo una vez a la semana me libraría del estrés. Es algo positivo, y quizás no sea tan difícil hacer llegar el mensaje a más gente. Es otra nota para la esperanza. Y hay cientos de cosas que se pueden hacer.

Estoy muy contento de haber visto a Ulrik porque me conecta con el pasado y da al presente más sentido, que la gente a la que conocí no desaparezca de repente, y que la amistad crezca aunque sea en la distancia, tranquilamente.

Tenemos la idea de que una vida con pocos recursos es miserable, como lo fue la de nuestros abuelos, pero precisamente a lo que lleva es a la creatividad. Tren a Copenague en lugar de avión, con todo lo que ello conlleva. Visitar a Sofía y a Aude, la espera en París, el paisaje de Bruselas, las cervezas y el chocolate, conocer gente y expandir lo que allí viví, y aprender en el viaje, intentar compartir coche a la vuelta, visitar a Jen y entender cómo nuestras vidas se vuelven a conectar. Nunca habría pasado en un avión.

Cuál es el pensamiento estándard para todo? Cómo se puede modificar? Eso es lo que quiero hacer, informar sobre las alternativas, y crear nuevas cosas en el camino.

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